Publicado por
Vecino chivano
|
|
miércoles, 4 de abril de 2012
en
8:59
|
El nuevo secretario general del PSPV defiende que para las elecciones de mayo de 2015 es «lógico» que opte el líder del partido
Ximo Puig ya otea la realidad valenciana desde la cuarta planta de la sede socialista en la calle Blanquerías. Esa estancia con amplios ventanales pero que se ha convertido en el peor de los búnkers para el PSPV. Golpe a golpe, cada secretario general que ha intentado reflotar al partido en la era postlerma ha sucumbido a ese particular pantano de la tristeza, como el de La Historia Interminable donde Atreyu perdió a su fiel caballo Artax. Alarte nunca fue feliz allí arriba. No lo decía él, lo decía su cara.
Porque esa es la historia del PSPV, la de un partido tristón donde cada secretario general se alivia el día que mete todas sus pertenencias en las cajas de cartón de la mudanza. Jorge Alarte, sorpresivamente, recuperó ayer su tono de voz en las ondas radiofónicas. Ya no imposta, no lo necesita. Ya no tiene miedos. Lo mismo le pasó a Ignasi Pla. La prensa descubrió que era un tipo simpático y afable el día que dimitió por las chapuzas en casa que no pagó. A ambos les hubiera ido mejor sin corsés.
Ahora es el turno de Ximo Puig. Tendrá que decorar la cuarta planta a su gusto pero por si a alguno, léase Francesc Romeu, se le ocurre aconsejarle el gotelé o el estilo veneciano, lanzó una aviso: «En una situación lógica optaré a la presidencia de la Generalitat». Y tan lógica, para eso ha salido de Alicante como el número uno del partido con la mayor ventaja de los últimos tiempos. Si la lógica hubiera querido que Francesc Romeu fuera el candidato a presidir el Consell al menos habría recogido los avales.
La «lógica» de Puig, que ayer hizo pública en los micrófonos del programa Bon Matí de Ràdio Nou, es un aviso para marcar el territorio. Ahora es el momento de trabajar, resucitar al partido y de aquí a tres años ya se verá quién es el candidato a la presidencia de la Generalitat con el compromiso de que al aspirante se elegirá en unas primarias a la francesa, es decir, un militante, un voto. Una fórmula con la que sueña otro de los que quisieron ser secretario general como Manuel Mata, que está convencido de que el pueblo le ama y será elegido para el cargo al que aspire.
Pues si Romeu, Mata y alguien más como pudiera ser Leire Pajín creen que tendrán vía libre para opositar pues que sepan que Ximo Puig, y otra vez por lógica, estará en la parrilla de salida.
Ayer, tras cumplir con los compromisos obligados, Puig se acercó a Blanquerías a ver cómo le han dejado el pisito. Se reunió con su antecesor, Jorge Alarte, y sobre la mesa varios temas. Desde el futuro del exsecretario general hasta quién será el portavoz en Les Corts. Sobre este asunto, Puig pide calma. No quiere precipitarse, prefiere consultar con el objetivo de no fallar el tiro. Las vacaciones de Semana Santa le permiten rumiar una decisión fundamental para armar una buena oposición en Les Corts. Hay quien apunta que lo idóneo sería una mujer para que los puestos de relevancia y con proyección no sean copados por hombres. Circula con fuerza el nombre de Ana Barceló, aunque no tiene experiencia en plazas de primera como puede ser el Parlamento regional. El grupo, si pudiera elegir, tendría como una de sus favoritas a Cristina Moreno. Además, sería un gesto de clara voluntad de integración (lo mismo vale para Rafael Rubio), según defienden algunos. Es una realidad que cada vez que Moreno ha cogido el micrófono para repreguntar en la sesión de control de los jueves ha dejado en evidencia al que era su portavoz, Jorge Alarte. El resto de nombres, pues la eterna quiniela de los Francesc Signes, Ignacio Subías, Antonio Torres...
La nueva ejecutiva, la más grande de la historia de los socialistas valencianos, se reunirá el próximo martes. En clave orgánica de organización el enésimo proyecto del PSPV salió con el compromiso de la vuelta a las comarcas. Un esquema que muchos coinciden en que nunca se debió perder.
Los provinciales, un trámite
Los congresos provinciales se celebrarán porque así lo mandata Madrid pero, según las fuentes consultadas, serán más de trámite que otra cosa. Puig apuesta por las comarcas como eje dinamizador y de implicación de los valencianos. La verdadera partida estará en estos espacios. Luego, de entre todos los secretarios comarcales se elegirá una cabeza visible pero con el imperativo de que será más un cargo honorífico que político.
La realidad es que la estructura que montó la anterior dirección no ha sido un acicate para nadie. Esa pretensión de cercanía y orden ha sido un fiasco y a los secretarios provinciales se les ha visto más como lugartenientes de su amo que vertebradores. El papel de Ana Barceló en Alicante; Carmen Martínez, en Valencia y Francesc Colomer, en Castellón, ha generado más problemas que otra cosa.
Mientras Puig aterriza en Blanquerías, el partido intenta acoplarse a la nueva dirección de familia numerosa. El alcalde de Morella, que se lo dejará en breve, tiene el reto de salvar el pantano de la tristeza de la cuarta planta de la sede. De momento, con brío ya se anuncia como cabeza de cartel para dentro de tres años.
HÉCTOR ESTEBAN
No hay comentarios:
Publicar un comentario