Puig promete superar las familias en un PSPV de equipos y «sin mesías ni caudillismos»
Abrazó a Federico Buyolo (de confianza de Leire Pajín), a Ignasi Pla, luego a Luis Lozano (FSP-UGT) y también a Josep Almenar, alcalde de Picanya y mano derecha de Ciprià Císcar. Al expresidente Joan Lerma lo saludó, sin efusividad. Ese gesto del alcalde de Morella, Ximo Puig, habló más que el manifiesto que aguardaba a la puerta la firma de todos aquellos que quisieran adherirse a «L´alternativa progressista». Puig quiso que su puesta de largo como candidato a liderar el PSPV, en su segundo intento, estuviera exenta de cualquier foto que permitiera colgarle la etiqueta de lermista. Lerma, que lidera una de las clásicas tribus del socialismo valenciano, estaba allí. Su presencia le incomodaba a Puig de la misma forma que a un hijo que se independiza le molesta que los padres acudan a la fiesta de inauguración del piso de soltero.
Desde el día en que se decidió a dar el paso, quien hoy se convertirá oficialmente en precandidato —entregará los avales recogidos en el comité nacional— sabe que para ganar el congreso hay que sumar y volar por encima de los clanes. Por voluntad y convicción política y personal —asegura Puig— y porque, además, ningún clan tiene ya suficiente fuerza ni para lograr las firmas del 20% de los delegados para ser candidato. Las otras dos familias del trípode que sustenta el pacto (Leire Pajín y Ciprià Císcar) acudieron ayer sin los patriarcas al acto que congregó a más de 350 militantes, dirigentes y cargos públicos en un abarrotado salón de actos de UGT-PV. «Este proyecto es de todos, no excluye a nadie y no tiene padrinos», proclamó. La foto de los cuatro protagonistas del acto, que hicieron su entrada al ritmo de la música de Coldplay, fue una declaración de principios de la «nueva etapa»: el exalcalde de Gandia y jefe de campaña, José Manuel Orengo, la diputada Verónica López y Miguel Soler, exalto cargo del Gobierno de Zapatero. Un tipo, este último, de esos que aportan valor añadido en estos procesos porque resultan difíciles de etiquetar. Como los artículos de las tiendas «delicatessen». Como los jóvenes alcaldes socialistas tan cotizados en estos días.
El principal compromiso de Puig fue precisamente ése: «superar las etiquetas» y contar «con todos». «Proponemos un PSPV sin enemigos ni adversarios; un partido que no queremos uniforme; no aspiro a que el PSPV sea el PP», advirtió. «No propugno la uniformización sino algo más importante: la unidad». Ahí arrancó los aplausos de los asistentes, para señalar que no se puede «perder ninguna aportación que se haga desde Alcoi, Mislata, Ontinyent o Benidorm», enclaves cuyos alcaldes están con Alarte (los dos primeros), en el limbo y en transición hacia Puig (Ontinyent) o volcado con el de Morella, caso de Agustín Navarro, quien estuvo presente.
Recados al resto de aspirantes
Esa
«alternativa» a Alarte y, luego, al PP,
«en la que no sobra nadie» dijo que ha de construirse
«orillando arrebatos caudillistas». No citó por su nombre a Alarte, pero su nombre se proyectó sobre el panel trasero a ojos del auditorio.
«No necesitamos mesías ni salvadores» sino
«equipos solventes», agregó. Fue el recado a los otros aspirantes, especialmente a Francesc Romeu.
El candidato a liderar el PSPV defendió que para que en 2015 se produzca una «primavera socialista» es necesario «un partido fuerte».
«Jamás seremos excluyentes ni soberbios», dijo respecto al resto de la izquierda, «pero la única alternativa real progresista de gobierno es la del Partido Socialista». Un proyecto que quiere
«tan socialista como valenciano» y que, dijo, «debe acabar con unos gobernantes que han convertido esta tierra en la chirigota nacional, una derecha que con su corrupción ha devaluado el prestigio de la Comunitat Valenciana».
«Apoyé a Rubalcaba y a Puig»
El exdirector general de Formación Profesional Miguel Soler lamentó que el PSPV «para muchos ni está ni se le espera» y consideró imprescindible «recuperar la credibilidad» aplicándose en formular «dos propuestas por cada denuncia» de la mala gestión del Consell del PP. «Estoy aquí porque de la misma manera que apoyé a Rubalcaba ahora no tengo ninguna duda de que la mejor opción es apoyar a Ximo Puig». El primer firmante del manifiesto abogó por que el partido recupere la conexión con sus terminales sociales. «No se trata de enviar una delegación a las manifestaciones, sino de estar con los colectivos», afirmó. Animó a «mojarse» en favor de un proyecto «que no puede conformarse con lograr el 51% sino que necesita una mayoría clara». Entre el público destacó, por imprevista, la presencia de los cinco secretarios de agrupación afines a José Luis Ábalos en Valencia: Gustavo Casal, José Vicente Berlanga, Javier Llopis, Pilar Calabuig y Matías Alonso. Ábalos apoyó a Alarte en 2008 y conforma la minoría mayoritaria en un PSPV de la ciudad de Valencia tan atomizado como en el resto del país.
El listado de asistentes fue tan amplio como heterogéneo. Acudieron el alcalde de Xàbia, José Chulvi; el citado Navarro (Benidorm); la de Sant Mateu, Ana Besalduch, diputados como Antonio Torres, Francesc Signes, Ignacio Subías o Ana Barceló, secretaria provincial de Alicante y mano derecha de Leire Pajín. Hasta observadores de otras candidaturas, como Pedro Sánchez, afín a Romeu, o el exalcalde de Torrent Jesús Ros, que apoya a Manolo Mata.
FRANCESC ARABÍ
Puig propone “reiniciar” el PSPV para derrotar al Partido Popular
“Vivir es tomar partido”, dijo Ximo Puig, alcalde de Morella y diputado en el Congreso, en el discurso en que hizo pública la noche del miércoles su candidatura a la secretaría general del PSPV-PSOE. Luego citó a Gramsci para asegurar: “Yo también odio a los indiferentes”. Era la justificación retórica de su irrupción como aspirante a relevar al actual secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, y de la necesidad de construir una alternativa al “lamentable” resultado de 17 años de gobierno del PP en el País Valenciano. En un acto celebrado en el salón de actos del sindicato UGT en Valencia, Puig se postuló como el cuarto candidato al 12º congreso de los socialistas valencianos, que se celebrará los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril en Alicante.
Ante más de 400 personas, entre las que se contaban el expresidente de la Generalitat y senador, Joan Lerma; la diputada autonómica Ana Barceló, adscrita al sector de Leire Pajín; varios diputados autonómicos; el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig; la diputada Carmen Montón, miembro de la ejecutiva federal del PSOE; el exsecretario general del partido Joan Ignasi Pla; el secretario provincial del PSPV en Castellón, Francesc Colomer, y el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, Puig propugnó “reiniciar el partido y reiniciar la Comunidad Valenciana desde nuevas bases y con los valores de siempre”.
Sacar al partido de la “depresión” para que libere “todo el potencial que tiene” es el objetivo que planteó Puig, quien insistió mucho, como hace el manifiesto que presentó Miguel Soler antes de su discurso, en reforzar el trabajo de los militantes y fomentar una dirección que trabaje en equipo. Presentados por el exalcalde de Gandia José Manuel Orengo, además de Soler, precedió al ya candidato en el uso de la palabra la diputada autonómica Verònica López.
Puig se propone sacar al partido de la "depresión" y liberar su "potencial"
En su intervención, Soler recordó que, al contrario que los sectores que se alinean tras la candidatura del alcalde de Morella, apoyó en el congreso federal del PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba y dijo que, si aquello lo hizo porque pensaba que era mejor, ahora cree que Puig es “la mejor opción” para liderar el PSPV-PSOE. Soler criticó que la gente se movilice contra los recortes y en defensa de los servicios públicos y se pregunte “¿dónde está el PSPV?” o que incluso afirme “ni está ni se le espera”.
“Somos más pobres, tenemos más parados, han liquidado el sistema financiero, estamos en números rojos y, lo que es peor, han devaluado el prestigio de la Comunidad Valenciana”, dijo Puig sobre la gestión del PP, que también criticó por la corrupción para exigir “gobernantes dignos, fiables y honrados”. El candidato definió el suyo como “un proyecto tan socialista como valenciano”, arraigado en el territorio y también en las ideas socialistas.
El mensaje fundamental de su discurso, sin embargo, iba dirigido a la militancia. “Vamos a superar las etiquetas, las fronteras entre nosotros, que son absurdas, que no tienen ningún sentido”, señaló Puig, quien puntualizó que no propugna la “uniformización”, sino la “unidad”. Se declaró partidario de “un partido de equipo”, que no espere a “mesías salvadores” y, para tratar de esquivar el hecho de que tras su candidatura se alinean viejas familias internas como la lermista, puso énfasis en asegurar que la suya es “una alternativa que no excluye a nadie, que es de todos, que no tiene ningún apadrinamiento”.
Adolf Beltran
El alcalde de Morella presenta su candidatura avalado por el pajinismo para «unir» en lugar de «unificar» y acabar con las fronteras del partido
Lo que Alarte ha unido, que no lo separen los delegados del XII congreso del PSPV. Ese es el nuevo mantra que predica la nueva mayoría surgida en torno al alcalde de Morella y diputado nacional, Ximo Puig. Ayer presentó su candidatura a la secretaría general de la federación socialista valenciana, pero también exhibió lo que desde hace semanas se venía escribiendo: que tras pescar en caladero valenciano, ha conseguido llevarse más peces para su barco de los que ahora tiene el actual líder, Jorge Alarte.
La foto de las primeras filas del salón de actos de UGT era más que significativa. Y eso que los primeros espadas del socialismo valenciano enviaron a sus subalternos. Acompañando a Puig, lo mejor de cada familia. Por supuesto, la suya, con Joan Lerma, Joan Calabuig, Ignasi Pla, José Manuel Orengo,Carmen Montón, Antoni Such y otros tantos de los que siempre han estado, pero hace tiempo que no están. En las familias invitadas, la secretaria provincial de Alicante, Ana Barceló, el alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, o los diputados Federico Buyolo, Verónica López y Gabriel Echávarri, representando a Leire Pajín. También se vio a cinco secretario locales afines a José Luis Ábalos y algún alcalde ciscarista. Sorpresas anunciadas como la del exdirector general de Formación Profesional Miguel Soler, íntimo de Rubalcaba. Pero ni son todos los que estaban ni estaban todos los que son.
«Estoy preparado» dijo Ximo Puig parafraseando a su querida Carme Chacón. La misma que ha logrado que el alcalde de Morella articule una mayoría heterogénea, en un principio afín a la catalana, y en un final, cercana a su candidatura a la secretaría general del PSPV. Y aunque no lo citó en ningún momento de su discurso, también contra el actual líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte.
Puig abogó por «reconstruir» el partido pero sin basar su liderazgo en «unificar», como se ha hecho hasta hora, sino en «unir» desde la diversidad.
Puig busca «reconstruir» el PSPV de los «arrebatos caudillistas» de Alarte
«Es hora de orillar los arrebatos caudillistas» y que el PSPV nunca vuelva a estar dirigido «por una ambición individual», espetó ante un entregado auditorio. Y es que el del Morella aboga por la «integridad» y por aceptar concepciones e ideas distintas porque «la izquierda no es uniforme» ni él quiere que lo sea. Dice no buscar enemigos ni adversarios dentro del partido y apuesta por superar «las etiquetas y las fronteras» que actualmente existen dentro del PSPV. Él lo sabe bien porque tiene bien pegada la etiqueta de lermista que es sinónimo de naftalina para muchos sectores del partido. Por ello, tratará de sacar al PSPV de la «depresión» . Como ejemplo, citó cuatro municipios. Pero los nombres no son baladí: Alcoy, Mislata, Ontinyent o Benidorm.
El también diputado nacional recordó que hace cuatro años, cuando perdió por 20 votos frente a Alarte, acató la decisión con responsabilidad y trabajó para sumar. Eso sí, advirtió de que en este congreso, «aglutinar al 51% del partido no será la solución». Por ello, aseguró que tratará de «reconstruir el PSPV y ser alternativa de Gobierno». El presentador del acto, Miguel Soler, le dio algunos consejos: «Sólo con denuncias no se ganan elecciones, ni basta con que una delegación vaya a las manifestaciones de la ciudadanía». Él apoyó a Rubalcaba y ganó.Ahora está con Puig para recuperar a un partido del que dice «ni está ni se le espera».
MARTA HORTELANO
Ximo Puig se presentó ayer como el cuarto candidato a liderar el socialismos valenciano
La división en el PSPV en torno a quién será su secretario general los próximos años es cada vez mayor. La presentación, ayer, de Ximo Puig —el último de los cuatro aspirantes en llegar al sprint final— ha multiplicado la indecisión acerca del perfil más adecuado para llevar las riendas del socialismo valenciano.
Ninguno de los cuatro tiene suficientes apoyos entre los delegados como para verse claramente favorito sobre el resto y la predisposición al pacto parece inevitable. El decálogo de la plataforma de Puig aboga por recuperar la conexión del partido con la sociedad valenciana —el anhelo coincidente de todos los candidatos—, aunque con vías diferentes para conseguirlo.
Puig contó con el apoyo de un nutrido grupo de referentes de las tres provincias (Francesc Colomer, Joan Lerma, Ignasi Pla, Pepa Frau, Herick Campos, Agustín Navarro o Ana Barceló), de UGT y de diputados autonómicos. Parece que es el que tiene más capacidad de lograr con facilidad los avales necesarios para presentar candidatura al congreso (20%, unos 104 delegados).
Inversión a corto plazo
El empecinamiento del actual secretario general, Jorge Alarte, en repetir la aventura de perpetuarse en el cargo basado en que es el representante de la minoría mayoritaria dentro del PSPV parece una inversión a corto plazo.
Y es que el congreso del socialismo valenciano se encamina a una resolución en falso del liderazgo en el partido. Francesc Romeu, Jorge Alarte y Ximo Puig son los mismos aspirantes que en el congreso de Valencia celebrado en 2008 y la militancia no parece percibirlos como «savia nueva» para renovar al partido.
Manuel Mata es el único nuevo, pero también quien más dificultades puede tener (junto a Romeu) en obtener los avales. Por ello, si Alarte o Puig salen triunfadores todo indica que cuando llegue el momento de encumbrar al candidato a la Presidencia de la Generalitat en 2015 habrá un proceso de primarias muy abierto y más equilibrado entre candidatos gracias al mandato de los nuevos estatutos federales.
La elección del secretario general a día de hoy es un proceso complicado donde los delegados se «exponen públicamente», pero en el de primarias quedará muy reducido el poder del aparato del partido, y si el secretario general entrante no revierte la situación actual de caos, se medirá a aspirantes con mucho tirón.
El propio
Mata puede hacer ahora un ensayo general si no logra los avales, al igual que
Romeu, ya que ambas han conseguido tomar el pulso a la federación socialista valenciana y el dictamen es claro: la militancia quiere un cambio de rumbo y de caras.
MANUEL CONEJOS
Ximo Puig se postula para liberar al PSPV de la 'depresión'
El diputado del PSOE en el Congreso y alcalde de Morella (Castellón), Ximo Puig, ha presentado este miércoles su candidatura para liderar el PSPV, con el objetivo de hacer que el partido pueda salir de la "depresión" en la que, a su juicio, se encuentra y "libere todo el potencial que tiene". Además, ha hecho hincapié en la necesidad de "acabar con las fronteras" que existen entre los socialistas y que son "absurdas, no tienen ningún sentido y son mentira".
Puig se postula así para desbancar al actual secretario general del partido, Jorge Alarte, en el congreso que los socialistas valencianos celebrarán en Alicante los días 30 y 31 de marzo y 1 de abril. El alcalde de Morella, que en 2008 se midió en primarias con Alarte, ha anunciado que este jueves presentará los avales para formalizar su candidatura a la Secretaría General del PSPV.
Ximo Puig ha protagonizado un acto celebrado en la sede de UGT de Valencia, al acto han asistido cerca de 500 personas, que lo han recibido con un largo aplauso y numerosas muestras de afecto. Entre los asistentes se encontraban muchos dirigentes socialistas como el ex presidente de la Generalitat y senador, Joan Lerma; el ex secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla; el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig, así como numerosos diputados socialistas y alcaldes como el de Benidorm (Alicante), Agustín Navarro.
El parlamentario socialista en el Congreso ha incidido en que "la izquierda no es uniforme", por lo que ha asegurado que no propugna la "uniformización", pero si "la unidad" y siempre con "un poco de socialismo afectivo". Además, ha indicado que su "única obsesión" es que "no se pierda ni una gota de esfuerzo para el caudal de energía que necesita" el partido.
Asimismo, ha asegurado estar "más preparado que nunca y más consciente que nunca de que es posible". "Podemos y debemos", ha subrayado Puig, quien se ha mostrado convencido de que "juntos tenemos la fuerza y el coraje suficiente para que en 2015 haya una primavera socialista". Del mismo modo, ha dicho estar dispuesto a "reconstruir" y a "reiniciar" el Partido Socialista para convertirlo es "una alternativa real de gobierno".
El aspirante a liderar el PSPV ha señalado que "ningún valenciano consciente puede ser indiferente a la situación de la Comunidad", y ha denunciado que los 17 años de gobierno de la "derecha" valenciana "no pueden ser más lamentables".
"Somos más pobres, tenemos más parados, han liquidado el sistema financiero valenciano, estamos en números rojos y, lo que es peor, han devaluado el prestigio de la Comunidad", ha señalado Puig, quien ha añadido: "el prestigio colectivo de una gente trabajadora, emprendedora y digna como la que más".
Por ello, ha destacado que es "urgente la alternativa". Así considera que no solo es necesario "criticar", sino salir a la calle y que la ciudadanía "sepa que está naciendo la alternativa para este país". En este sentido, ha destacado que la "alternativa progresista" es consciente de que "otro modelo económico es posible".
Para Ximo Puig, "es necesaria una alternativa europea, de igualdad entre hombres y mujeres y de apoyo a los sindicatos". Además, ha dicho que "la alternativa socialista" es la de "un partido unido, de equipo, una alternativa que no excluye a nadie".
'Gobernantes dignos, fiables y honrados'
También ha animado a los presentes a "reivindicar la política para transformar la sociedad", así como a "luchar porque sigan vigentes las utopías". "Es la hora de reivindicar la fuerza transformadora de la izquierda", ha dicho Puig, quien ha abogado por un "cambio profundo de mentalidad para hacer una economía diferente, basada en el trabajo". Asimismo, entiende que hay que ofrecer a los valencianos "gobernantes dignos, fiables, honrados, con las manos limpias y que rindan cuentas".
Durante el acto se ha repartido a los asistentes el manifiesto con el lema 'L'alternativa progressista'. El primer firmante, Miquel Soler, -cercano al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba-, ha subrayado que ante la situación de la Comunidad Valenciana, en la que la Generaliltat "quiere cargarse todos los servicios públicos" además de "recortar las libertades básicas", mucha gente se pregunta "¿donde está el PSPV?" e incluso "algunos dicen 'ni está ni se le espera'".
Sin embargo, Soler considera que estas actitudes no se pueden consentir. "Tenemos la obligación de hacer un trabajo duro para que esto cambie de una manera radical", ha subrayado. Asimismo, ha recordado que hay "muchos sectores de la población que están desilusionados con la política porque no estamos dando una respuesta a los problemas que tiene la sociedad".
Europa Press | Valencia
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