Rubalcaba reserva a Ángel Luna

El análisis de la nueva dirección federal del PSOE se quedaría incompleto si no incluyera una mención clara a las ausencias. Por eso es tan llamativa la salida de Leire Pajín. Y sobre todo, por eso resulta tan significativa la ausencia de Ángel Luna. El exportavoz parlamentario y vicepresidente de Les Corts no figura -algunas fuentes aseguran que por expreso deseo suyo- ni en la ejecutiva ni en el comité federal (aunque en este órgano ha situado a la mujer de Antonio Mira-Perceval, uno de sus más estrechos colaboradores). Luna es una de las personas más cercanas, por no decir la más cercana, del PSPV a Alfredo Pérez Rubalcaba. En las últimas semanas se ha significado como uno de sus más indiscutibles apoyos, y así lo ha dejado claro en cuantas reuniones de delegados ha participado, enfrentándose incluso al aparato de Leire Pajín y Ana Barceló en Alicante. Como portavoz parlamentario, Luna ha gozado siempre del apoyo de Rubalcaba, hasta el punto de que incluso desde el PP le se acusaba de ejercer de correa de transmisión del entonces ministro del Interior -en especial, con la vertiente valenciana de las investigaciones del caso Gürtel-. Habilidoso como aquel en el regate corto, muchas voces en el PSPV sostienen que el ahora vicepresidente de Les Corts podría asumir nuevas responsabilidades orgánicas en un futuro no lejano. A favor juega su más que probada solvencia como parlamentario, un reconocimiento social en ámbitos progresistas del que no goza ni el propio Jorge Alarte, y su condición de parlamentario. Cualidades todas ellas que hacen de Luna, a los ojos de algunos cargos del PSPV, el candidato idóneo para relevar al exalcalde de Alaquàs de la secretaría general. Es un escenario que está sobre la mesa, por más que el triunfo de Rubalcaba le haya dado aire a Alarte -el de Carmen Chacón le habría dejado sin apenas opciones-. La debilidad del secretario general del PSPV sigue siendo más que estimable, y muchos sostienen que Luna permitiría visualizar mejor en el socialismo valenciano la nueva etapa que abre el liderazgo de Rubalcaba. Con todo, Luna ha preferido hasta la fecha mantenerse al margen de esta posibilidad, aunque alguno de los argumentos con lo que ha venido a sostener su negativa a asumir responsabilidades orgánicas -como el hecho de residir en Alicante- resulta cuanto menos discutible para alguien que, por su cargo en el Parlamento valenciano, ya se desplaza prácticamente todos los días a Valencia. Con todo, Jorge Alarte mantiene la hoja de ruta diseñada tras el batacazo de las municipales y autonómicas del 22-M para mantener el liderazgo del partido: Apoyarse en el lermismo para volver a optar a la secretaría general, aunque sea a cambio de una negociación que le obligue a ceder destacadas cuotas de poder. Con el batacazo de Chacón, traducido en que el referente del lermismo, Ximo Puig, quede fuera de la dirección federal, la planificación de este sector para presentar una candidatura propia en el congreso del PSPV se resquebraja. Con independencia de lo que ocurra en los próximos dos meses, el resultado del congreso federal refuerza la posición de Alarte para volver a presentarse. Ayer, el secretario general del PSPV destacó que la nueva dirección federal «ya piensa más en valenciano», y remarcó que se trata de una ejecutiva de proyecto y de futuro, importante para el PSOE y para los socialistas valencianos. Alarte abordará en breve una negociación obligada con el lermismo para garantizarse el apoyo de al menos el 51% del congreso del PSPV. Lo hace desde una posición de más estabilidad que antes del cónclave federal, aunque mantiene la misma debilidad que se evidenció en la elección de delegados.