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´No entiendo un proyecto a la contra para quitar a alguien y no para los valencianos´

| | jueves, 9 de febrero de 2012
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Alarte expresa su «afecto» por Pajín y cuenta con ella y con los que quieran sumarse sin descartar a nadie
En el día de la resaca del 38 congreso federal del PSOE, celebrado en Sevilla, el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, enseñó las armas que piensa empuñar para recuperar una mayoría en el partido: paz y amor. El secretario general ofrece consenso para conformar una mayoría de integración y pretende reconstruir puentes con los afines a Ximo Puig, con el sector de Leire Pajín, también con el candidato Manuel Mata, de «Esperança socialista» y hasta con el dirigente crítico Francesc Romeu y sus partidarios. Es un objetivo harto complicado, pero no le queda otra si quiere intentar dinamitar la alianza antialartista que se fraguó con vistas al congreso federal y al socaire de la candidatura de Carmen Chacón. Una conjura, simbolizada con un brindis en el hotel Sevilla Congresos a las dos de la madrugada, y que se ha compactado con la derrota de la exministra Chacón, según coinciden en apuntar desde todos los sectores críticos del PSPV. Para Jorge Alarte no tiene sentido que se conforme un frente a la contra. «No entiendo un proyecto solamente para quitar a uno para poner a otro, en vez de para los valencianos», declaró Alarte en una entrevista en Levante TV, con Gustavo Clemente. «Mi único adversario es Fabra» «Haremos un proyecto político para sumar a todos y sin descartar a nadie», agregó. «El que no esté será porque no quiere, porque el único adversario que tengo es Alberto Fabra y el único enemigo, la incertidumbre de la gente por el paro, las políticas insolidarias y de recortes del PP y que no se pueda pagar la calefacción en los colegios», remarcó el dirigente socialista, para abundar: «a mis compañeros les ofrezco afecto, suma y suma». Hizo algo más que un guiño a la alicantina Leire Pajín, la principal víctima del congreso de Sevilla, al ser vetada en la dirección federal por Antonio Hernando, Óscar López —nuevo secretario de organización y mano derecha de José Blanco— y Gaspar Zarrías, el núcleo duro del aparato de Ferraz. A la pregunta de si Leire Pajín está donde se merece, Alarte defendió que el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene «libertad» para formar el equipo que considere, pero, acto seguido, le mandó «palabras de afecto y consideración a Leire». «Es y será parte del proyecto», apuntó. El líder de los socialistas se ha citado ya con Manuel Mata para intentar disuadirlo de que se enrole en la plataforma que está conformando Ximo Puig con los afines a Pajín y ciscaristas. El germen del movimiento «Esperança socialista» es Izquierda Socialista. La corriente que dirige Vicent Garcés ha estado tradicionalmente en las mismas posiciones que el lermismo en los congresos, salvo en el de julio de 1997 en la Politécnica, que convirtió a Joan Romero en secretario general. En 2008, IS se sumó a Ximo Puig y a Romeu en contra de Jorge Alarte. En los próximos días, el líder del PSPV piensa cerrar una ronda de contactos con los demás referentes de los distintos sectores del partido. Incluidos Ximo Puig y hasta Francesc Romeu, con quien recuperó la interlocución en vísperas del congreso federal, después de años de no dirigirse casi la palabra. Los dos han votado a Pérez Rubalcaba. Romeu escondió sus preferencias hasta el mismo congreso. Allí entregó los diez avales de su grupo a Hernando y después los tradujo en votos. Alarte no anunció tampoco su apuesta, aunque mantuvo una neutralidad activa en favor del hoy sceretario general del PSOE. Paralelamente, el líder del PSPV intensificará su presencia en las agrupaciones del partido de cara a la elección de delegados al congreso de país, que arranca en unos quince días. Alaba a Ciscar por su actitud en el conflicto de las portavocías Alarte valoró ayer el momento más crítico, sin duda, para la delegación valenciana de 87 miembros durante los tres días que duró el congreso de Sevilla. Fue la tarde del viernes cuando, durante el plenario, la mesa presidida por José Antonio Griñán y el secretario de organización, Marcelino Iglesias, evitaron que cinco valencianos tomaran la palabra: Alarte, Barceló, Puig, Mata y Romeu. Fueron momentos de contrariedad que se resolvieron con la renuncia del alcalde de Morella, Ana Barceló y de Francesc Romeu. Para Alarte, el comportamiento de Ciprià Ciscar fue de responsabilidad al sumarse a la opinión de ceder la palabra al secretario general. El exalcalde de Gandia José Manuel Orengo no estaba previsto que hablara, pero porque, de entrada, no quiso. Habría tenido derecho, antes que nadie, porque lideró la lista de delegados ganadores en el congresillo de Valencia. «Al final, lo importante de un congreso no es cómo se entra, sino cómo se sale», zanjó Alarte respecto al espectáculo que ofreció el PSPV.
FRANCESC ARABÍ

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