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Puig muestra ante Ferraz que puede dejar a Alarte sin la secretaría general

| | viernes, 16 de marzo de 2012
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El candidato a liderar el PSPV recibe el apoyo de Pajín y Císcar y avisa al resto de candidatos de que sólo acepta pactos con la sociedad
Apenas 500 metros separan la sede madrileña del PSOE, en la calle Ferraz, de la casa de Valencia donde ayer el candidato a la secretaría general del PSPV Ximo Puig dejó claro que lo suyo con la federación socialista valenciana va en serio. En la capital no están los 525 delegados valencianos, ni se eligen líderes regionales por obra y gracia del secretario general, pero sí se viste de solemnidad lo que para algunos nunca ha pasado de mera amenaza. Ayer Ximo Puig dio un paso más en su conquista de la dirección nacional del PSPV y elevó su propuesta a Madrid. O lo que es lo mismo, le demostró a la dirección federal del PSOE, encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba, que está en posición de dejar a Jorge Alarte sin la secretaría general. Como notarios de que eso es posible actuó la exministra Leire Pajín, antaño referente del socialismo valenciano, y ahora pieza clave en el reparto de delegados de la provincia de Alicante. También Ciprià Císcar, exsecretario de Organización del PSOE. Ambos emprendieron ayer un camino de no retorno hacia la alternativa progresista que encabeza Puig, pero que aglutina a una mayoría de minorías que lo han convertido en la candidatura que se arroga más delegados. Tanto Pajín como Císcar habían optado hasta ahora por enviar actores secundarios a los actos del alcalde de Morella, a la espera de que su candidatura tomara cuerpo. Hasta ayer, que la función, como todos los estrenos de relumbrón llegan a Madrid con los actores principales. Con un añadido. A la función acudieron también representantes de artistas muy importantes como es el propio Rubalcaba. Dos miembros de su ejecutiva, el encargado de la política autonómica, Antonio Hernando, y la de Igualdad, Puri Casapie. Otro de los de peso, el exvicesecretario general José Blanco, excusó su ausencia en el último minuto por motivos personales, pero estaba entre los confirmados para la primera fila del acto. Presentado por la senadora Carmen Alborch, quien aseguró que el socialismo valenciano se ha cansado de «oír hermosas palabras que luego no se cumplen» y abogó por que Puig «integre a toda la inteligencia valenciana». En su turno de discurso, el diputado nacional y alcalde de Morella abogó por reiniciar el PSOE valenciano y «sumar para favorecer a la Comunitat», no al partido. «Voy a contar con todos, con los jóvenes, las universidades, los sindicatos, la sociedad», explicó. Puig, quien también apostó por un «pacto», como el día anterior lanzó Alarte, cambió a los suscriptores de ese acuerdo y dejó fuera de juego a sus rivales. «Yo pactaré, pero sólo con la sociedad valenciana» porque según el castellonenense, el partido sufre «una crisis de identidad en la Comunitat». De ahí que pretenda que «el PSPV se convierta en un punto de encuentro para los valencianos». En declaraciones a los periodistas momentos antes del comienzo, destacó que ve un «buen ambiente en el conjunto del partido», y que ahora están inmersos en un «debate democrático», en el que deben elegir «lo mejor para el partido y, sobre todo, lo mejor para la sociedad valenciana», algo que es su «obsesión» y para lo que trabaja. Lo que queda claro es que Puig no quiere quedarse esta vez a 20 votos de ganar el congreso, aunque su reto no es alzarse con el triunfo, sino hacerlo por mayoría.
MARTA HORTELANO

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