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Alarte recorrerá la Comunitat a contrarreloj para rescatar delegados

| | lunes, 12 de marzo de 2012
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El secretario general defiende un acuerdo de «unidad y fortaleza» mientras los lermistas califican de «sectario» al entorno del líder del PSPV
Las cuentas no le salen al líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte. Los congresos de restos, celebrados el pasado sábado, le han devuelto a una realidad incierta de cara al cónclave de Alicante, que se celebrará de aquí a tres semanas. La candidatura de Ximo Puig le derrotó en la elección de delegados alicantinos, le masacró en Castellón y le dejó con resultados minoritarios en Valencia. Un palo para un secretario general que corre el riesgo de dejar el partido por la puerta de atrás cuando el 22 de mayo, después de obtener los peores resultados de la historia para el PSPV en la Comunitat, se pudo marchar de Blanquerías como un señor cumpliendo esa promesa que lanzó de cara al Mediterráneo en la terraza del Hotel Neptuno de que si no mejoraba los resultados de Ignasi Pla se iría por donde había venido. En l'Alternativa Progressista de Ximo Puig, que de renovación sólo tiene el nombre, ya se respira ambiente de euforia. El alcalde de Morella y los suyos se arroga más del 50% de los delegados más los que pueda dejar Manuel Mata, que tiene complicado llegar al 20% de los avales. Si el abogado valenciano no llega, dará libertad de votación a los suyos, que lo más seguro es que se decidan por la opción lermista. Hay que tener en cuenta que los favores de ahora se pagan luego y a Mata siempre le ha gustado eso del Ayuntamiento de Valencia y demás. Alarte, que ayer se fue de tour festivo en la Romería de les Canyes de Castellón y luego se subió al balcón del Ayuntamiento con los líderes de @una, Carlos Fernández Bielsa y Toni Gaspar, habló ayer de un gran acuerdo de «estabilidad, unidad y fortaleza». Exactamente, lo que le reprochan los críticos que todavía recuerdan que el partido se presentó en el congreso nacional de Sevilla echo unos zorros. El entorno de Puig sólo tiene una palabra para definir al otro entorno, el de Alarte: «Sectarios». Y apuntan más a los satélites que soportan al secretario general que al número uno del partido. «Lo que sí que hay que reconocerle al actual secretario general es su capacidad de transmitir el mensaje de que con él sólo podemos ir a peor», señaló ayer un lermista con pedigrí. La verdad es que los resultados electorales han sido demoledores para los socialistas valencianos, tanto a nivel autonómico como nacional. Además, el censo de militantes adelgaza a marchas forzadas. Junto a esto, la imagen de un grupo parlamentario fragmentado en el que sus miembros no son capaces ni de posar juntos como referentes de la lucha contra la corrupción por lo politizado (siempre en clave interna) que estaba el acto. Los lermistas no hablan de venganza. Dicen que no es su estilo. Pero lo cierto es que se sienten maltratados. El secretario general anunció ayer que en las tres semanas que quedan hasta llegar al congreso se va recorrer toda la Comunitat para hablar con los militantes. La sensación es de ir contra el reloj al reconocer, en primer lugar, que necesita un pacto con algún otro candidato y que quizá no contaba con estar en situación de desventaja a tres semanas del cónclave. Además, en territorio hostil, como es Castellón, advirtió a su máximo competidor, Ximo Puig, que hay que ser «prudente» con el número de delegados que se arroga cada candidatura. El entorno del alcalde de Morella, que ya se ve como ganador virtual del congreso de Alicante, defiende que navega ya por encima de la mitad de los delegados. Puig se mostró exultante ayer tras los resultados del sábado. Al margen de los dos favoritos, Francesc Romeu y Manuel Mata tratan de seguir sumando para llegar al congreso con el 20% de los avales exigidos para ser candidato. Lo que está claro es que los dos no llegarán. Sólo uno de ellos estará en liza si es que llega, que está más que complicado. Al equipo de Mata, si pincha, se le ve más cerca de Puig. Los de Romeu, que ayer se reunieron en Alicante con el objetivo de recontar, analizar y perfilar, son una caja de sorpresas y al final, como pasó en Sevilla, es fácil que se decidan por el mejor postor. Alarte iniciará esta semana una ronda de contactos por toda la Comunitat: «Voy a hablar con todo el mundo para lograr una mayoría importante y llegar a un proceso de unidad y fuerza».
HÉCTOR ESTEBAN | VALENCIA

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