"Lerma echó a Blasco a la calle, Carlos Fabra me quitó el sueldo y el PP expulsó a mi hermano de Canal 9", proclama el alcalde de Morella - Los críticos acusan al secretario general de trasladar la fractura a las Corts
Existe el texto, pero, sobre todo, el intertexto, que es donde realmente se produce el milagro de la comunicación. Los diputados afines a
Jorge Alarte -veintidós de treinta y tres- presentaron ayer una enmienda a la ponencia, redactada por el exsíndic Ángel Luna, en la que se trazan los rasgos que perfilan un régimen, el del PP, asentado sobre el clientelismo cultivado con dinero público y la corrupción "como forma de ejercer el poder". Esa enmienda viene a ser un manifiesto reivindicativo de la gestión de Jorge Alarte como adalid de la lucha contra la corrupción, pero también un pretexto para sembrar dudas sobre la ejecutoria que el alcalde de Morella,
Ximo Puig, habría llevado o llevaría a cabo si gana el congreso.
Las críticas que en su día formuló Puig sobre la conveniencia de incluir a las empresas Sedesa, Facsa, Lubasa y Enrique Ortiz en la querella Gürtel por presunta financiación ilegal del PP o haber cuestionado la decisión de recurrir ante el Supremo la absolución de Camps en la causa de los trajes han sido los dos pilares sobre los que el entorno de Alarte cimenta el mensaje de que la garantía contra los escándalos que salpican al PP es Alarte.
Preguntado por este diario sobre si tenía dudas sobre si el resto de los aspirantes habrían actuado igual que Alarte en esas circunstancias,
Luna fue claro en su ambigüedad: "No tengo ninguna duda al respecto. No sé si otros la tienen. Hay dudas y certezas. Dudas con lo que haría cualquier otro porque estamos en el terreno de las hipótesis. Y una certeza: sé lo que ha hecho Jorge Alarte en este tiempo y sé el respaldo que he tenido yo. El PP era una roca y hoy es una colección de cascotes. Ni el incombustible Blasco aguanta ya", argumentó Luna. El también alartista Josep Moreno reflexionó: "De forma sutil están deslizando su disconformidad sobre la estrategia contra la corrupción. Yo pregunto cuál de las iniciativas en materia de corrupción no habrían emprendido".
En la enmienda se reivindica la "actuación decidida del PSPV en el caso Gürtel como el principio de la quiebra" de la "dominación del PP". "La situación del PP es fruto directo de la lucha contra la corrupción emprendida y sostenida contra viento y marea por el PSPV en los últimos años". Donde dice viento y marea, los alartistas insinúan Ferraz y Moncloa y Puig. El alcalde de Morella expresó ayer a este diario su malestar ante lo que considera un intento de "patrimonializar" la lucha contra la corrupción. "Ese compromiso está en el ADN del partido, hay que recordar que Lerma echó a Blasco del Consell en 1989", apuntó. "Carlos Fabra me quitó el sueldo en 1996 por la batalla de los socialistas de Castelló contra su caciquismo, a mi hermano le quitaron la corresponsalía de Canal 9 en represalia y se la dieron a una empresa de Tarragona; José Camarasa y Antoni Such fueron perseguidos", comentó un Puig muy molesto.
"La lucha contra la corrupción no es de derechas ni de izquierdas, es cuestión de decencia", concluyó.
Desde este sector reprobaron que el acto a favor de Alarte se hiciera en las Corts. "Han llevado la fractura al grupo; hay que recordar que los diputados representamos a los ciudadanos, no a los militantes, así que los congresos debemos resolverlos en el partido", señalaron fuentes parlamentarias. Alarte no acudió porque estaba en Oviedo con Alfredo Pérez Rubalcaba. Jordi Serra y Vicent Arques tampoco posaron al estar reunidos en comisión. No acudieron los tres próximos a
Leire Pajín; ni Juan Soto, partidario de
Manolo Mata; ni los siete afines a
Puig. Entre estos últimos, Francesc Signes o Antonio Torres. El primero se hizo acreedor, junto a Luna, de una demanda de Cotino por la fiscalización de los contratos de Sedesa. Torres denunciaba los negocios de los Cotino en las residencias, y las tramas de Blasco cuando éste era conseller de Bienestar Social. Hace 12 años. En tiempos de un tal Eduardo Zaplana.
El "no" a la gestión como primer asalto
¿Qué pasaría si el viernes 30 de marzo, primer día del congreso del PSPV los 526 delegados rechazaran mayoritariamente la gestión de Jorge Alarte? Los sectores críticos con el secretario general se han planteado esta votación, que de hecho ya se está celebrando en todas las asambleas de agrupación, como un primer asalto del cónclave. De hecho, ese resultado dará la medida de las posibilidades de que Alarte sea desbancado de la secretaría general. Antes que la gestión, están, con todo, los delegados. Este fin de semana se cierra el proceso con las asambleas clave. Entre ellas, Alicante -donde ayer ofreció Puig una charla ante unas 300 personas- y Elx. Los resultados darán ya una medida de las posibilidades, aunque los indecisos son legión
FRANCESC ARABÍ
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